RELOJ DE ARENA
El reloj de arena es un instrumento mecánico que sirve
para medir un
determinado periodo de tiempo. Tiene dos receptáculos de vidrio conectados
permitiendo un flujo regulado de material, normalmente arena fina, desde la
parte superior a la parte inferior, hasta su completo vaciamiento. El
funcionamiento solo requiere de la energía potencial de la gravedad.
Una vez que el contenedor superior está vacío, puede ser invertido para empezar a cronometrar de nuevo. Factores que influyen en el tiempo medido incluyen la cantidad y calidad de la arena, el tamaño de los contenedores y la anchura del cuello. Aunque las fuentes discrepan sobre el mejor material, alternativas a la arena incluyen el polvo de mármol y la cáscara de huevo en polvo.
Dado que el periodo que mide es fijo, aunque con ligeras variaciones, es un dispositivo en desuso, sustituido por el reloj de pulsera para conocer la hora, y el cronómetro para medir el tiempo preciso transcurrido entre dos sucesos. En los tiempos modernos, los relojes de arena son ornamentales, o se utilizan cuando una medida aproximada es suficiente, como en los temporizadores de huevo para cocinar o para juegos de mesa.
Se conoce como reloj al dispositivo que posibilita concretar una medición del tiempo, segmentándolo en diferentes unidades. Arena, por su parte, es el nombre que recibe el cúmulo de partículas procedentes de rocas y reunidas en la orilla de un río o de un océano.
Un reloj de arena es un instrumento que apela a la arena para permitir la medición temporal. Estos relojes miden lapsos específicos de tiempo que se inician cuando la arena ubicada en la ampolla superior comienza a caer en la ampolla inferior por la fuerza de gravedad y que finalizan cuando la totalidad de la arena ya pasó a esta segunda ampolla.
En el siglo VIII parece ser que fue cuando apareció por primera vez la idea y la realidad del reloj de arena en Europa, pues se cree que fue un monje llamado Liutprando el que lo presentó para hacer uso del mismo en la Catedral de Chartres, en Francia.
Durante mucho tiempo, se convirtió en una pieza fundamental en numerosas embarcaciones, porque les ayudaba a llevar a cabo con mucha precisión lo que eran mediciones que los marinos tenían que acometer tales como la distancia al oeste o al este así como incluso la longitud.
De esta manera, optaron por hacer uso del citado instrumento en lugar de otros que venían empleando hasta ese momento y que eran mucho menos precisos.
Como la arena que encierran los relojes de este último tipo ,muy fina, cae lenta y regularmente, estos aparatos son de una precisión considerable. En la actualidad, se siguen usando para medir el tiempo de cocción de un huevo o la duración de una llamada telefónica.
buen tema, me gusto la informacion y gracias a eso hemos ido evolucionado
ResponderBorrarexcelente información, contiene datos importantes que no conocía
ResponderBorrarBuen tema e información, me dejó todo claro...
ResponderBorrarmuy bien , tiene mucha información importante y todo lo deja muy en claro
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